Con este texto, el autor, defendió con un nuevo lenguaje los viejos ideales jeffersonianos y la necesidad apremiante de una política de Estado que refrenara la expansión de un capitalismo cada vez más corporativo y de una nueva cultura de masas que impedía el desarrollo de una democracia participativa. Con todo, a diferencia de otros críticos más pesimistas de la democracia de masas, europeos o americanos, Dewey apostó por un nuevo movimiento político de clases medias que, sin revoluciones ni violencia (o sea, manteniéndose a una prudente distancia de los socialistas y comunistas americanos), hiciera valer un nuevo tipo de individualismo, un individualismo opuesto al liberalismo del laissez-faire y respaldado por un control popular de los medios de producción y de las nuevas tecnologías. Se mire como se mire no sólo es una de las mejores expresiones de lo que a veces se ha venido a llamar izquierda hegeliana americana, sino que constituye un documento imprescindible para entender las contradicciones y el destino de la democracia americana.
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